Un tercer Óscar en su trayectoria profesional, ahora por Mejor Película Animada, suma el cineasta tapatío Guillermo del Toro con la considerada como obra maestra Pinocho, en que relata la fragilidad de la vida humana; en el año de 2018 había recibido dos galardones similares por Mejor Película y Mejor Director en La Forma del Agua, con lo que se convierte en uno de los directores latinos mayormente premiados, junto con Alfonso Cuarón (5) y Alejandro González Iñárritu (4).
Esta maravillosa cinta desarrollada bajo la compleja técnica del Stop Motion y que fue elaborada también en los estudios de “El Taller del Chucho”, con la participación de Matthew Robbins y el itesiano tapatío, René Castillo, entre otros, recientemente recibió el galardón otorgado por el Cinema Audio Society en los Estados Unidos, a la mejor mezcla de sonido de una película animada, además de 5 Annie´s y un premio especial concedido por la Asociación de Productores de Hollywood, a la par de varios Bafta y el Globo de Oro, así como el cotizado Lumiere y el Critics Choice Awards, entre otros.
Guillermo del Toro reiteró que “la animación no es solo para niños, es un medio de arte para todos que debe ser el tema de conversación”, a fin de que se redimensione a la producción animada y “llegue a ser considerada como competidora de un filme y ya no más una categoría entre muchas otras”, al tiempo de enviar agradecimientos y afectuosos saludos a los animadores del estudio que se encuentra en Guadalajara, Jalisco.
Sorprendió que en la ceremonia de la Entrega del Óscar, no se destacara la memoria filmográfica del gran actor Ignacio López Tarso, quien falleciera el pasado sábado en la ciudad de México; de hecho, fue con la cinta Macario que protagonizara en el año de 1961 bajo la dirección de Roberto Gavaldón, como esta nación fue nominada por primera vez en la historia del otorgamiento del máximo galardón a la cinematografía mundial, en la categoría como Mejor Película Extranjera