La pasada pandemia de covid 19 paralizó en su totalidad la generación de testamentos en el estado, ya que «fueron declaradas como actividades no esenciales el tener Notarías abiertas; la gente no venía » recuerda Juan José Serratos Cervantes Notario público 116 de Guadalajara.
En contraparte y por el temor a un contagio de esa patología, las personas solicitaban dicho servicio a domicilio.
«Desde la notaría, se preparaba, se sacaba toda la información, se comunicaba uno por medios electrónicos, por teléfono y tener la información necesaria, se trasladaban para sacar la firma de la persona» recuerda Serratos Cervantes.
Ya cuando las personas se percataron de que se podían mover, con los cuidados respectivos, entonces se acercaron a las Notarías.
En ese lapso, se dieron fe de 50 mil testamentos, cuando el promedio oscilaba en las cinco mil sucesiones, en Jalisco anualmente.
En el 2022 la cifra alcanzó las 10 mil herencias, para este año se espera superar esa cantidad.
Otro problema que se presentó en ese tiempo, fue que la plataforma para registrar dichos movimientos no daba abasto a las solicitudes.
«Teníamos que dar aviso a la Procuraduría Social, enviar archivos a los expedientes, y se tuvo que enviar los archivos de forma electrónica los avisos testamentarios’, indicó
Los pagos fue otro dilema que tuvieron que eficientar » son derechos que se tienen que pagar al estado y se nos limitaba efectuarlos».
Cada uno de estos trámites, cuesta dos mil pesos.
Cabe destacar que el auje por efectuar dicha diligencia, se debió al temor que durante la endemia, tenía la ciudadanía, aunque con la declaratoria de conclusión de la misma espera que el número llegué a cifras asentadas hasta antes de la misma.
Por cierto que en el año 2000, el 98 por ciento de las personas en México no tenían testamento y con la realización de una campaña de socialización sobre el tema, se redujo en 12 puntos porcentuales.
