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1 año agoon
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adminPOR ALGO SE EMPIEZA
Mi pasión por el arte nació cuando desde pequeña mi padre me llevaba a todos los museos que pudo, su forma de hacerme comprender cada obra y la histario detrás de ellas. Conocer la diferencia entre Manet y Monet y su relevancia en el arte. La tragica historia entre Frida y Diego y su impacto en los lienzos. La simpatia de los cuadros de Botero. El tecnisismo de Andy Warhol hasta la complejidad de Yayoi Kusama. Me adentró a un mundo mágico en donde veia los colores de cada trazo atraves de los ojos del artista y lo llevaba a mi mundo. Me enseño como cada obra tiene una historia propia ,se podrán parecer una a otras pero cada una tiene particularidades diferentes, asi como las personas.
Y este mundo maravilloso el cuál si no hubiera sido por él ¿Cómo lo hubiera conocido?
Está pasión se las he pasado a mis hijos, ellos mismo han generado sus gustos por diferentes artistas y puedo vanagloriarme que han adquirido el gusto por ello. Mi hijo mayor es gran admirador de Jean Michel Baquiast y mi hija de Gustav Klimt
Sin embargo mi gusto por el arte nació gracias al Impresionismo. Vincent van Gogh es uno de mis artistas favoritos, no solo por su cuadros tan coloridos y sus trazos llenos de oleo, me gusta su trabajo porque dentro de cada obra hay una historia; como la del Dormitorio en Arlés.
Cuando veo la composición del cuadro, me identifico perfecto con Paul Gauguin quien fue su compañero de cuarto y por un corto tiempo hubo una singular amistad y describe a Vincent como un hombre con un temperamento muy difícil. Sin embargo regresando a la pintura del dormitorio, lo que podemos identificar el tema principal de su locura. Era ¡OBSESIVO DEL ORDEN!. Una cama perfectamente bien hecha, una mesa con los frascos muy bien acomodados, los cuadros que estan en la pared los cuales él pintó y en la primera versión eran sus amigos Eugéne Boch y Eugéne Millet, está a la misma altura como de igual manera el espejo y el cuadro que estan a espaladas de la cama los tuvo que haber medido para que quedaran a la perfección. ¡Toda la ropa esta colgada!
Aunque a primera vista las proporciones te engañan y pienses que todo esta amontonado vas abriendo tu mente a los detalles y las cosas van cambiando. La locura de Vincent van Gogh era el orden. Y digo que me identifico con Paul Gauguin, pues mi marido tiene las mismas costumbres de Van Gogh. Todo tiene que tener un perfecto orden y al principio nuestra convivencia fue controversial como la de los pintores, pero a diferencia de ellos aprendimos a convivir con nuestras respectivas locuras.
Nunca me hubiera imaginado que adquieriendo el gusto por el arte iba a terminar casada con un hombre con una locura similar a la de un pintor.
Al final todos tenemos algo de locos.