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1 semana agoon
Un dato crucial en la reflexión sobre la crisis del agua en las grandes megalópolis –hoy en día son 33 en todo el mundo y se calcula que para 2030 habrá al menos 40– es que, por primera vez en la historia de la humanidad, a partir de 2007, hay más población viviendo en ciudades que en zonas rurales.
Esto es determinante porque la alta demanda de agua que eso representa y las disparidades en el abastecimiento han ocasionado que zonas distintas de las ciudades –el caso del Área Metropolitana de Guadalajara (AMG) es ejemplo de esto con cortes muchos más reiterados en el norte que en el sur–, normalmente tengan poco acceso a este servicio. Esta y otras discusiones se generaron durante la mesa “La perspectiva del Día Cero del agua”, que se llevó a cabo dentro del Simposio 2024 “Día Cero del agua” y que reunió a funcionarios, especialistas y académicos, bajo la moderación de Óscar Humberto Castro, académico del Departamento del Hábitat y Desarrollo Urbano (DHDU) del ITESO.
“Lo que aporta el concepto del Día Cero es que pone en toda su dimensión la fragilidad de estos sistemas urbanos. Ante esta realidad, que es más urbana que nunca, el concepto de comunidad necesita replantearse. Este es un contexto desde el cual es importante considerar, porque la tendencia parece ser irreversible y va a seguirse incrementando”, consideró Itzkuauhtli Benedicto Zamora, director general de Análisis Legislativo del Senado de la República.
Ante este panorama, apuntó, es importante revivir la discusión legislativa sobre una nueva Ley General de Aguas ––la cual fue dejada de lado en el sexenio que recién concluyó–– en la que tendría que identificarse plenamente la competencia y coordinación de cada uno de los niveles de gobierno y la participación ciudadana en el manejo integral de los recursos hídricos, y cómo todo esto deberá cumplir el mandato constitucional del derecho humano al agua.
“La relación sociedad-ambiente se va a tematizar a partir de las crisis y las catástrofes, usando solo la perspectiva del riesgo. El Día Cero se monta en ello y es un buen ejemplo de esto y como toda discusión pública va a tener dos aspectos: el lado crítico, pero también la otra parte, qué es lo que nos puede ayudar, siendo una metáfora para que se vaya tematizando la fragilidad de los sistemas de abastecimiento en las megalópolis”, añadió Zamora.
Para Jorge Fuentes, director de proyectos del Consejo Consultivo del Agua, la cuestión de que no haya una ley decretada es que no hemos logrado ponernos de acuerdo de cuál es el mejor modelo que debemos implementar para el país y, más aún, cuánto dinero le tenemos que poner. De entrada hay que entender el contexto y la realidad de México, comprendiendo que dos terceras partes de la nación son un territorio árido y semiárido, y que estamos dentro de los 25 países con mayor estrés hídrico en el mundo.
“Debemos vernos como un país que concentra 79 por ciento de la población en ciudades urbanizadas, y que cada vez vamos a estar más concentrados y la demanda de agua y saneamiento cada vez será más grande. Otro dato importante es que 25 por ciento de la población de este país se abastece a partir de la gestión comunitaria del agua. Tendríamos que empezar a reconocer estos aspectos, de estas comunidades que viven en su día a día el Día Cero, o de esos 10 millones que no cuentan con servicios de agua o los 11 millones que no tiene acceso al saneamiento”, mencionó.
En ese mismo tenor, Fuentes consideró que es necesario romper mitos alrededor del consumo del agua, por ejemplo, el de que es la industria la que se está acabando el agua, cuando realmente el primer consumidor del agua del país es el sector agrícola, ya que representa el 76 por ciento.
“La mayoría del uso de esa agua se da por malas técnicas, tecnologías inadecuadas, no hemos logrado avanzar con una política de tecnificación del campo que ayude a estos grandes distritos de riegos a mejorar su relación y el uso del agua. Urge reducir el consumo en el campo y trabajar el tema de nuevas fuentes de agua, empezar a tratar más agua y a reusarla, avanzar a cosas que ya se están haciendo en muchos países, que es la regeneración del agua”, expresó.
Un tablero del agua para el AMG
Rodrigo Flores Elizondo, también académico del DHDU del ITESO, hizo un recuento y una reflexión en torno a la situación del agua en Jalisco, en particular del sistema de abasto del AMG que entró en crisis a partir del cierre temporal de la Presa Calderón por las escasas lluvias de 2019 y 2020.
El también coordinador del programa de investigación del DHDU aseguró que, siguiendo el ejemplo de Ciudad del Cabo y otras urbes, la zona conurbada debería de trabajar en un tablero del agua que permita monitorear y tomar acciones preventivas en todas las fuentes de agua que abastecen la entidad, tales como las presas Calderón, La Red, El Salto, el Zapotillo, los acuíferos subterráneos y el propio Lago de Chapala.
Este tablero deberá tener una serie de semáforos en los que se indique el agua disponible en reservorios y cuánto durará, dada la velocidad de consumo; el tema de las concesiones y qué tan cerca están de llegar a su límite; revisiones a la infraestructura y de la calidad de agua de abasto, y una valoración del desempeño de los organismos operadores de agua del AMG.
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